“Porque el que cumple con toda la Ley, pero falla en un solo punto, ya es culpable de haberla quebrantado toda(Santiago 2:10).
He escuchado muchos argumentos hechos sobre este párrafo que se concentra en nuestro comportamiento, un enfoque orientado a reglas, identificando varias “leyes” de Dios y alegando que no cumplir una regla de la ley significa que somos culpables de violar toda la ley. Pero la única forma de que la descripción de Santiago pueda ser cierta, es si entendemos que la ley de Dios es la ley natural y rechazamos la idea de que las Leyes de Dios son como las leyes humanas, leyes impuestas que requieren vigilancia legal e imposición de castigo.
Si pensamos que la ley de Dios son leyes impuestas, entonces lo que Santiago escribió no es cierto. No es cierto que una persona que hace trampa en sus impuestos es también culpable de abuso a menores. No es cierto que cuando alguien comete adulterio, tambien es culpable de matar o vender drogas a menores.
¿Aceptarías la declaración de que porque perdiste tu paciencia y dijiste malas palabras a tu vecinos eres culpable de violar a alguien? ¡No! Dirías que “¡no lo eres!”
En cambio Santiago declara que violar un punto de la ley nos hace culpables de quebrantar toda la ley, solo es verdad cuando nos damos cuenta que la Ley de Dios es diseñada, la ley de amor es construida en la realidad. No importa de qué forma especifica somos egoistas; cualquier forma de anti amor, anti verdad, anti rectitud es violar la ley.
- Si testificamos en falso en contra de nuestro vecino, dejamos de amar.
- Si deshonramos a nuestros padres, dejamos de amar.
- Si cometemos adulterio, dejamos de amar.
- Si cometemos homicidio, dejamos de amar.
- Si robamos, dejamos de amar.
- Si codiciamos, dejamos de amar.
- Si tenemos otros dioses, dejamos de amar.
- Si tomamos el nombre de Dios, llamándonos a nosotros mismos cristianos pero representamos mal a Dios enseñando que él es un dictador imperial, la fuente de la muerte, dejamos de amar.
- Si encontramos imágenes falsas de Dios dignas de nuestros afectos, dejamos de amar.
- Si no recordamos el sábado y no abrazamos y aplicamos la verdad como el sabado no los refleja, dejamos de amar.
No amar es la transgresión de la ley de Dios; los Diez Mandamientos fueron añadidos por la necesidad de la humanidad caída, para ayudar a exponer a nuestras mentes que nuestros corazones y mentes naturales no logran amar. Es por eso que necesitamos renacer con un corazón nuevo y un espíritu recto que ame a Dios y a los demás, que es exactamente lo que Santiago estaba describiendo:
“Si realmente guardas la ley real que se encuentra en las Escrituras, ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’, estás haciendo lo correcto… Porque cualquiera que guarda toda la ley, y sin embargo tropieza en un solo punto, es culpable de quebrantarla toda” (Santiago 2:8, 10 NVI 84).
Te invito a que rechaces las mentiras de la ley impuesta sobre Dios y Su gobierno y vuelvas a adorarlo como nuestro Creador, el que construyó la realidad, el que es amor y cuyas leyes son los protocolos de diseño del amor sobre los que opera el tejido del cosmos.