“Les di mis sábados como una señal entre nosotros, para que supieran que soy el Señor que los santifico” (Ezequiel 20:12)
Una señal es una marca, la cual es un objeto que transmite un mensaje, algo que simboliza un mensaje. El Sábado es una señal, una marca, objeto de Dios a la humanidad que Él nos ha dado con el propósito de darnos un mensaje. Y de esta forma, el Sábado es como una bandera. Consideremos objetivas lecciones y similitudes entre una bandera nacional y el Sábado.
La bandera de una nación es hecha por sus ciudadanos; los ciudadanos no son hechos para la bandera, así como “el Sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el Sábado” (Marcos 2:27) la bandera fue creada para inspirar a la gente con amor patriótico y lealtad a su país. El Sábado fue creado para inspirar a las personas con amor y lealtad hacia Dios. La bandera le recuerda a la gente su historia, valores, y principios de su nación. Cuando la gente ve la bandera de la vieja unión Soviética, son recordados unos valores diferentes de aquellos transmitidos por la de los Británicos, Canadienses, o la bandera Americana.
El Sábado fue dado para recordarnos el gobierno de Dios, sus métodos y principios – el reino de la verdad, el amor y la libertad.
Cuando personas han sido tomadas cautivas en guerra y ven su bandera nacional, esta les inspira con la esperanza que sus paisanos vendrán a rescatarlos. Nosotros estamos cautivos en un mundo de pecado, y el Sábado es para recordarnos que Dios envió a Jesús a liberarnos del pecado, para hacernos santos, y rescatarnos.
Levantar la bandera de corazón es diferente que levantarla por obligación. Vivir en el Corea del Norte y levantar la bandera nacional por temor al castigo del estado no es lo mismo que levantar la bandera por amor a su país. De la misma manera, observar el Sábado de la Biblia porque es una regla que un dios autoritario impuso y por la que se castigará si se infringe, no es lo mismo que amar al Creador y apreciar el Sábado porque es la señal del reino que amas. Por esto es que Isaías dice que solo aquellos que se gozan en el Sábado son los verdaderos observadores del Sábado (Isaías 58:13), porque el amor no puede ser comandado. Un verdadero patriota es aquel que ama su país, mientras que un verdadero cristiano es uno que ama el reino de Dios.
Cuando la gente ama y respeta a un país, respetan y honran la bandera de ese país; pero cuando la gente desprecia un país, pisotean y queman la bandera nacional. Así mismo cuando la gente ama a Dios y su reino, honran su Sábado – pero cuando no aman el reino de Dios, pisotean su Sábado.
Cuando queremos identificarnos con un reino, levantamos su bandera, independientemente del lugar donde se vive, levante la bandera de Inglaterra en América y estará mostrando apoyo a Inglaterra. De la misma manera si queremos mostrar apoyo por el reino de Dios, honraremos la bandera de su reino, el Sábado, que Él nos dio como señal.
Pero si levantamos la bandera de una nación, también tendríamos que adherirnos a sus leyes y practicarlas para representar esa nación correctamente. Así mismo, si aceptamos el Sábado del Señor , entonces necesitamos honrarlo como Dios querría que lo honráramos -como una marca de su reino de amor, y sus leyes son leyes diseñadas que no pueden ser impuestas y no son reforzadas a través de castigos externos. Nosotros, así como Dios lo ha hecho, presentamos la verdad en amor y dejamos a los demás libres en cómo viven su vida toda la semana, porque esto es lo que el Sábado nos recuerda.
Aceptar el Sábado como una regla que requiere un castigo por no observarlo, nos vuelve como aquellos que crucificaron al Señor del Sábado y lo querían bajar de la cruz rápido para poderse ir a guardar el Sábado. Tales personas son como enemigos de una nación que se infiltran y levantan la bandera de esa nación mientras trabajan en contra del reino que ellos pretenden apoyar.
Sí, el sábado es una señal de que Dios nos hace santos, es una evidencia de su poder creador y sus métodos de gobierno, que en el final de los seis días de la creación Dios Descansó – Él no usó su poder para forzar a sus criaturas inteligentes a obedecerle, pero les dejó libres para pensar y decidir por ellos mismos. Aquellos que quieren levantar la bandera del Señor haganlo adoptando y practicando los mismos métodos de Dios, verdad, amor y libertad, todos estos principios son simbolizados por el Sábado.