Durante mi primer año de la universidad un evento bastante inusual ocurrió un Jueves en la mañana, durante el servicio en la capilla, toda la comunidad universitaria se vio de cara a la pregunta de la fe y los milagros.
Un joven que quedó cuadripléjico en un accidente de buceo fue traído al santuario. El predicador instruyó a los estudiantes que veríamos un milagro, que Dios iba a actuar y curar a este joven. Nos dijo a las 2 mil personas que estábamos allí, que nos arrodilláramos y oraramos. Nos dijo que oraramos y limpiáramos nuestros corazones, que se removieran todas las dudas de nuestra mente, y toda la distracción de nuestra conciencia. Entonces nos dijo que oraramos para que Dios sanara a este joven. Él y otras personas se reunieron alrededor del joven y pusieron sus manos encima de él y comenzaron a orar. Nosotros los estudiantes comenzamos a orar, y oramos por largo tiempo. Había jóvenes mujeres llorando por todo el auditorio, otros oraban en voz alta, otros estaban mirando a escondidas al púlpito esperando ver un “milagro.” Pero después de lo que pareció horas, ningún milagro pasó y el joven no fue curado.
Muchos de los estudiantes fueron movidos por este evento. Algunos lucharon con preguntas sobre su fe, preguntas sobre la oración, preguntas sobre Dios mismo. El orador sugirió que había algunos dudosos en el auditorio y algunos estudiantes se comenzaron a sentir culpables.
Muchos de mis pacientes batallan con preguntas sobre la fe y los milagros. Ellos o sus seres queridos han estado enfermos o tenido alguna condición de salud y han orado a Dios pidiendo una intervención divina y un milagro sanador. Cuando el milagro no sucede la gente comienza a cuestionar su fe.
Hay una creencia no declarada: si tienes fe, los milagros ocurren, si los milagros no ocurren es porque la fe es débil. ¿Es esto verdad? ¿Es la idea de que los milagros pasan cuando la fe es fuerte pero no suceden cuando la fe es débil una creencia Bíblica? ¿O es posible que esta idea pueda estar casi a 180 grados lejos de la verdad?
¿Es posible que los milagros no pasen para los fuertes en la fe pero para los débiles? ¿Es posible que para aquellos que tienen una fe sólida no se necesitan milagros pero que los bebés en Cristo todavía necesitan milagros, señales y maravillas? ¿ Es posible que los milagros frecuentemente ocurren a través de los fuertes en la fe pero no para los fuertes en la fe, que el propósito del milagro es para aquellos débiles en la fe? ¿Qué revela la Biblia?
Cuando Gedeon fue llamado por Dios para derrotar a los Madianitas él pidió por el milagro de la lana ¿porque su fe era sólida o porque su fe era débil y él necesitaba aliento?
En el monte Carmelo Dios envió fuego del cielo para consumir el sacrificio ofrecido por Elias, ¿el milagro fue hecho para fortalecer la fe de Elias o el milagro fue dado para la gente que tenía una fe débil?
Consideremos a Job, de quien Dios dijo que era “perfecto y justo en todos sus caminos, no hay nadie en la tierra como él.” Job era un hombre de fe real, sin embargo él perdió todas sus riquezas, su salud, y sus 10 hijos y ningún milagro vino a salvarlo. Esta tragedia le pasó a Job ¿porque su fe era débil o ocurrió porque su fe era tan fuerte que Dios sabía que nada, no importa que tan trágico, podría moverlo de su confianza en Dios?
Cuando Sadrac, Mesac y Abed Nego fueron echados al foso de fuego hirviendo Dios intervino milagrosamente para salvar sus vidas, pero ¿con qué propósito? ¿Fue primeramente para extender las vidas de estos hombres arrojados al foso, o fue para exponer la impotencia del ídolo de oro, la verdad sobre Dios y alcanzar a Nabucodonosor, un hombre de fe débil? En contraste nota la fe genuina y madura de los tres nobles que cuando fueron amenazados con una muerte en el fuego, pusieron su vida en las manos de Dios y confiaron en él con los resultados sabiendo que Dios podía salvarlos, pero permitiendo que Dios no interviniera. Ellos dijeron, Si es así, nuestro Dios, a quien rendimos culto, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, que sea de tu conocimiento, oh rey, que no hemos de rendir culto a tu dios ni tampoco hemos de rendir homenaje a la estatua que has levantado. Daniel 3:17,18.
Consideremos la vida de los apóstoles, Dios intervino milagrosamente en muchos lugares, pero siempre con el objetivo de esparcir el evangelio. Cuando esos poderosos hombres de fe eventualmente perdieron su vida Dios no intervino milagrosamente para salvarlos (con la excepción de Juan). ¿Se rehusó Dios a hacer milagros para salvar la vida de sus apóstoles porque ellos no tenían suficiente fe o era su fe tan fuerte que ellos confiaban en Dios con sus propias vidas? Su fe fue tan intensa que Dios no tuvo que hacer un milagro para mantener su confianza en Él .
Mucha gente cree que los milagros son un buen barómetro en el que deben creer y poner su fe. Pero en el Edén el milagro de una serpiente hablando no hizo a la serpiente confiable. Satanás frecuentemente confunde las mentes y obstruye el camino de Dios con el uso de milagros, señales y maravillas. De hecho, la Biblia profetiza que antes de la venida de Cristo agencias satánicas van a hacer milagros como táctica para engañar a muchos (Marcos 13:22, Apocalipsis 13:13, 16:14). Jesús dice que al final estarán aquellos que dicen ser Cristianos que han hecho milagros en su nombre pero que nunca estuvieron al lado de Dios (Mateo 7:21-23)
Dios gana a las personas para que tengan fe en Él mediante la revelación de su confiabilidad como se revela finalmente en la muerte de Cristo Jesús. Los milagros pueden ser falsificados, la verdad revelada a través de Jesús no. La pregunta nunca es sobre la habilidad de Dios de hacer milagros, la pregunta es, ¿conocemos a Dios lo suficientemente bien que nuestra confianza no va a ser removida cuando Él no interviene milagrosamente?
La Fe genuina no es tener confianza en que Dios puede hacer milagros, sino es tener confianza en Él aun cuando Él no hace el milagro.
Si usted como muchos de mis pacientes, ha orado por un milagro, un milagro de sanación, un milagro de liberación, un milagro de rejuvenecimiento, pero todavia Dios no ha intervenido milagrosamente, no te desanimes, no dudes de tu fe, no te des al desánimo. En vez, considera la posibilidad que tu fe puede ser de tal calidad, sólida, madura, que Dios conoce, que como Job, tu confianza en Él no será removida. No importa cuales sean tus dificultades, deja que tu confianza en Dios sea inquebrantable y que brille a través de la oscuridad del asalto opresivo del pecado y declara delante del universo entero que Dios es digno de nuestra confianza y no serás separado de Él. Con
intervenciones milagros, o sin ellas Dios es digno de nuestra confianza!